Barcelona y la tecnología

En 1944 Franklin D. Roosevelt envió una carta al director de la extinta Office of Scientific Research and Development en la que le preguntaba cómo la ciencia y la tecnología podían servir para asegurar el bienestar, la prosperidad económica y la seguridad nacional de Estados Unidos. Hace unas semanas, rememorando esta misiva, Joseph R. Biden, Jr. solicitó al presidente y director fundador del Broad Institute of MIT and Harvard su opinión sobre cinco cuestiones concretas que considera fundamentales para garantizar que Estados Unidos pueda seguir aprovechando “todo el poder de la ciencia y tecnología en nombre del pueblo americano”. Sus preguntas, en concreto, hacían referencia a la sanidad, el cambio climático, el liderazgo tecnológico, la igualdad y la preservación a largo plazo de la ciencia y la tecnología.

El pasado 22 de enero, en el marco del programa Barcelona 2040, Josep M. Ganyet formuló precisamente estas preguntas, pero en clave Barcelona, a Osmar Polo y Ferran Serrano, de T-Systems; a Enric Delgado, de IBM, y a Enrique Santiago, de Telefónica. Compartimos con vosotros sus respuestas:

1. SOBRE LA TECNOLOGÍA Y LA SALUD

El sector tecnológico “ha dejado de ser invisible” con la pandemia, destacó Enrique Santiago. El teletrabajo funcionó durante el confinamiento domiciliario y sigue funcionando (y, además, al reducirse los contactos también se frena la transmisión del virus), en buena medida, gracias a la infraestructura tecnológica de la que disponemos.

Por otro lado, se compartieron proyectos tecnológicos específicos para luchar contra el COVID-19 por parte de Enric Delgado y Osmar Polo: desde la creación del Consorcio de Computación de Alto Rendimiento COVID-19 —iniciativa, por cierto, promovida por un español, Darío Gil— para conectar los ordenadores más potentes del mundo en la lucha contra la pandemia hasta la Corona Warning App para rastrear contactos de positivos, por poner solo un par de ejemplos concretos.

2. SOBRE LA TECNOLOGÍA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

El sector tecnológico tiene muy presente que debe ser también sostenible. Enric Delgado destacó, a modo de ejemplo, que los cinco retos anuales de su empresa están relacionados, precisamente, con la sostenibilidad. Y ello no es casualidad. En 2030 el 20 % del consumo energético mundial vendrá de la transmisión digital de datos a través de ordenadores y móviles, entre otros dispositivos. En otras palabras, la inteligencia artificial está en todas partes y consume mucho, y —como también apuntó Enric Delgado— el sector debe luchar para reducir este consumo (por ejemplo, mediante una mejora del hardware para hacer un uso más eficiente).

3. LIDERAZGO TECNOLÓGICO

Barcelona se ha convertido en la capital tecnológica de España y en uno de los principales centros a nivel europeo, comparable con ciudades como Londres o Berlín. La creatividad e inventiva de los barceloneses, junto con una buena comunicación hacia el exterior, hace que empresas como T-Systems o Wayra (Telefónica) establezcan su centro de innovación en Barcelona.

Barcelona tiene todos los mimbres para seguir estando en el vértice del sector tecnológico. Para ello, los expertos coinciden en que la clave reside en las personas y en nuestra capacidad de colaboración, en la actitud de seguir buscando objetivos y en la sostenibilidad en lo que hacemos.

4. IGUALDAD

El dominio del hombre en el ámbito tecnológico es abrumador. Sin embargo, hay consenso en la voluntad de revertir esta situación. Si bien es cierto que los perfiles técnicos por formación corresponden mayoritariamente a hombres, se están llevando a cabo cambios en las políticas de recursos humanos de las empresas para revertir la situación y que la mujer tome más protagonismo. Adicionalmente, Ferran Serrano, de T-Systems, indicó que debe hacerse un trabajo desde abajo para fomentar el interés de la mujer hacia las carreras técnicas.

5. PRESERVACIÓN A LARGO PLAZO DE LA CIENCIA Y DE LA TECNOLOGÍA

Resulta clave para la preservación del ecosistema que seamos capaces de innovar al servicio de la sociedad en su conjunto, tanto en lo que se refiere a las nuevas soluciones tecnológicas que aparezcan como a las antiguas. Y si no son sostenibles, accesibles y seguras, lo tendrán que ser. Precisamente, es este último punto el que supone uno de los mayores desafíos para las empresas tecnológicas (incluyendo, entre otras cuestiones, su regulación legal y la protección de datos). El incremento de la ciberdelincuencia en los últimos años, no solo por volumen, sino por la sofisticación de los cyberataques, hace que “securitizar” los entornos digitales de trabajo y personales se haya convertido en una prioridad.

Por último, permitidnos concluir esta reseña con tres comentarios generales que compartió Josep M. Ganyet sobre el sector tecnológico en Barcelona:

Primero, “no es casual que Barcelona tenga un ecosistema tecnológico”; las tecnologías de la información y de la comunicación están en Barcelona desde siempre. En la península, fue en Barcelona donde se tomó la primera fotografía, donde se llevó a cabo la primera emisión de radio, desde donde partió el primer ferrocarril, o donde se puso en marcha el primer servicio meteorológico.

Segundo, el sello de Barcelona y de las empresas de la Barcelona tecnológica es “la inventiva, la creatividad, la modernidad y la comunicación con el exterior” (y debe seguir siéndolo).

Tercero, a día de hoy, el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cuenta en Cataluña con más de 16.000 empresas, más de 18.000 millones de facturación y más de 124.000 empleados. Son cifras para estar orgullosos, pero “Barcelona es mucho más” y debe aprovechar su ecosistema tecnológico para —como concluía Josep M. Ganyet— ser un “gran procesador inteligente de información que favorece el intercambio de ideas, la especialización y las economías de escala”.

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