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Barcelona means tech

Barcelona means tech

Laura Ródenas

Marketing Manager, Entrepreneur

Jordi Sendra

Líder de Proyectos, Slow Studios

Para un mundo más humano conectando la vida de las personas.

Si existe un elemento capaz de unir los diferentes ámbitos que componen una ciudad como Barcelona, sin duda, es la tecnología. El talento latente en nuestro entorno más cercano es fruto de diversos aspectos tanto históricos como de capacidad y empieza a vislumbrar nuevos factores de crecimiento. 

El sector de las startups catalanas ha levantado más de 750M€ en lo que llevamos de año, por encima del total de inversiones del maltrecho año pasado: esto refleja la clara apuesta de los fondos de inversión por nuestro ecosistema. 

Además, Barcelona cuenta con la sede de muchas empresas donde la tecnología es clave, en ramificaciones tan diversas, pero igualmente exitosas, como pueden ser:

  • El “Smart-delivery” con Glovo
  • La automoción con Cupra /Seat
  • El mundo de la impresión con el centro HP, en Sant Cugat
  • La robótica con Pal Robotics e IGG en el cada vez más importante sector de los videojuegos.

¿Y cuáles son los factores que hacen de Barcelona un sitio idóneo para generar ese ambiente tan pluralmente ”tech”?

La respuesta a esta pregunta pasa por tres aspectos fundamentales: el espíritu emprendedor inherente e histórico de la sociedad catalano-barcelonesa; la presencia de gran talento derivado de unas muy buenas universidades locales del sector; y el hecho de poseer infraestructuras como el Barcelona SuperComputing Center que ejercen de polo tractor para el talento extranjero.

1. El espíritu emprendedor catalán

La Revolución Industrial representa el inicio de la era de la tecnología y, a su vez, marca el origen del crecimiento económico moderno. Catalunya experimentó un proceso de crecimiento durante el S. XVIII, donde los catalanes dejaron de producir para el autoconsumo y lo empezaron a hacer para el mercado, acogiendo tecnología principalmente británica. A esto se añadió, luego, el surgimiento de la manufactura de indianas, un sector moderno y muy concentrado en Barcelona.

Del mismo modo, la revolución que sufrió la ciudad con la celebración de los Juegos Olímpicos, con la implantación de las nuevas lógicas de la tecnología a los entresijos urbanísticos del “plà Cerdà”, supusieron en su día un paso al frente de la Barcelona de la época frente a una capital unos pasos por detrás en varios de estos aspectos.

En gran parte, la llegada de la tecnología 5G supondrá una nueva revolución tecnológico-industrial y Barcelona debe saber aprovechar ese ímpetu inherente que históricamente ha demostrado para aplicar las iniciativas de Smart City y seguir siendo punta de lanza en el panorama internacional.

La inversión en sensores para nuestra ciudad -que es la capital europea del 5G-, es un elemento clave para seguir transformando nuestro engranaje urbano. Sensores de luz para la iluminación inteligente de las calles, sensores de humedad con capacidad para detectar niveles de humedad y sensores de capacidad para la recogida inteligente de los residuos y que generan vías eficientes de recogida son solo un ejemplo de esa tecnología que existe y que debe ser implementada.

Dicho esto, queda claro lo importante de generar sinergias público-privadas, donde el organismo público ejerza como canalizador y administrador de todas esas iniciativas.

2. Atracción de talento

No hay duda de que los avances tecnológicos que estaban previstos a 10 años, se han acelerado de manera absolutamente veloz en tiempos de pandemia para darse en dos o tres años. Este hecho, no muy lejos de los avances en el 5G, ha implicado la necesidad de reinventar el valor del talento para que aporte en la cadena de valor. Y Barcelona tiene la capacidad de generar talento y el liderazgo tan esperado para convertirse en una ciudad referente en proyectos tecnológicos. 

La Cuarta Revolución Industrial no solo tiene un indudable impacto en el PIB, sino que también lo tiene en los ”nuevos puestos de trabajo” y las nuevas tendencias en cuanto a la manera de co-trabajar dentro de un ecosistema tecnológico. Cuando las empresas intentan desempeñar sus proyectos de manera colaborativa resulta mucho más fácil llegar a un resultado más exitoso y expansivo a toda la ciudad.

Asimismo, es crucial que se den las condiciones para la atracción de talento junto a la iniciativa privada. Y, ejemplo de ello es la iniciativa Barcelona Tech City. 

Se hace latente la necesidad de infraestructuras que permitan la atracción de talento y la normalización de trabajar desde cualquier parte del mundo. En este sentido, la buena conectividad en masa será esencial para no generar fricciones.

3. Las infraestructuras y su efecto polarizador

El Barcelona Supercomputing Center, como función principal en su creación fue la de ofrecer infraestructuras y servicio en supercomputación a los científicos locales y europeos para generar conocimiento y tecnología para ser transferida a la sociedad, es un claro ejemplo de emplazamiento físico que genera desarrollo tecnológico. Tener una instalación de tal calibre en un entorno inmejorable como es el de la ciudad de Barcelona genera una clara atracción para el talento global. 

Queda claro, por lo tanto, que la tecnología ya lo ha cambiado y lo va a seguir cambiando todo, y este ‘todo’ implica muchísimas nuevas posibilidades e innovaciones, que se deben encajar en una sociedad obligada a generar y saber cómo atraer talento para que Barcelona sea la TechCity que siempre ha querido proyectar al mundo. Y, para ello será necesario unir al talento local en proyectos específicos para que, fuera de competencias, se generen las mejores sinergias en desarrollo de proyectos de éxito.

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