Barcelona, el hub del emprendimiento en el sur de Europa

En los últimos años, y pese a los reveses económicos y políticos, Barcelona ha fortalecido su posición ventajosa en la captación de iniciativas emprendedoras y de talento internacional. La ciudad agrupa más de 1.400 startups, con un aumento del 40% en los últimos tres años. 

Es habitual que Barcelona se asocie a conceptos cómo calidad de vida, playa, sol y gastronomía, argumentos que son sin duda de peso para atraer talento joven e internacional. No obstante, este crecimiento no se puede entender sin tener en cuenta otros factores: una larga tradición comercial y emprendedora; un tejido universitario potente a nivel digital, entre otras muchas cualidades; iniciativas público-privadas como el Supercomputing Center o los hubs tecnológicos de Barcelona Tech City para canalizar la innovación y digitalización; o unos salarios y costes bajos en comparación con otras ciudades de Europa.

Uno de los mayores paradigmas de este éxito es Glovo, toda una referencia de nuestra ciudad. Tras un primer momento de incertidumbre a raíz del Covid-19, la “startup” continúa con su expansión imparable, conquistando nuevos mercados y con más de 700 contrataciones desde el inicio de la pandemia. Belvo, Typeform o Travelperk son otros casos de éxito, algunos con fundadores internacionales que encuentran en Barcelona el ecosistema ideal.

Sin duda alguna, Barcelona es un lugar indiscutible en el que basarse para lanzar un nuevo negocio. Sin embargo, es evidente que en el resto de Europa existen alternativas muy competitivas a tener en cuenta. Estos son algunos de los factores más relevantes a la hora de emprender, y buenas prácticas a nivel europeo que Barcelona podría replicar para ganar relevancia en el ecosistema emprendedor global:

1-Educación básica como palanca para fomentar el emprendimiento desde una temprana edad. A pesar de que, poco a poco, se han ido introduciendo en los sistemas educativos, la innovación, la tecnología y el emprendimiento todavía son asignaturas pendientes a través de las cuales fomentar los rasgos propios del emprendedor. En Dinamarca, por ejemplo, todas las escuelas e institutos disponen de una asignatura obligatoria relacionada con este ámbito que, a través de un enfoque práctico, pretende inculcar a los alumnos capacidad creativa, crítica y resolutiva.

2-Atracción de talento nacional e internacional como motor para impulsar el tejido de startups en Barcelona. La dificultad a la hora de encontrar talento tecnológico ya es palpable y se irá haciendo más evidente a medida que el ecosistema emprendedor de nuestra ciudad crezca. Es necesario articular medidas que favorezcan la atracción de profesionales cualificados en este sector para cubrir esta demanda. La COVID-19 ha puesto en evidencia que la movilidad laboral es una barrera de entrada cada vez menor para las empresas, hecho que podría aprovecharse en favor de Barcelona para promover puestos de trabajo que ofrezcan una mayor flexibilidad geográfica. Finlandia, por ejemplo, es un referente en este tipo de políticas desde hace ya años, siendo uno de los grandes promotores del teletrabajo y de la flexibilidad laboral.

3-La gestión administrativa como mecanismo para hacer más eficiente la creación de nuevos negocios. Sin duda, la administración debería velar por ofrecer las máximas facilidades posibles para allanar el camino a los emprendedores que deseen crear un nuevo negocio. Por ejemplo, en Inglaterra, para registrar una SL, tan solo es necesario cumplimentar un registro online en la “House of Companies” y abonar una tasa que ronda los 15£, frente a las gestiones y costes que implica hacerlo en Barcelona (abogado, notario, inscripción en el registro mercantil, dotación de capital, etc., que asciende a más de 3.000€).

4-Financiación y fiscalidad como asignatura pendiente para ofrecer incentivos tangibles a los emprendedores. Sin duda, el acceso al capital es una barrera relevante a la hora de poner en marcha un nuevo negocio, especialmente en el sector tecnológico. Sin embargo, influir tanto en la ubicación geográfica de estos actores como en el interés de cualquier emprendedor de basarse en Barcelona depende, en parte, de nuestras políticas fiscales. Es necesario buscar iniciativas concretas y armonizar la política fiscal a nivel estatal para poder generar este tipo de incentivos. Cualquier homónimo europeo es un buen ejemplo de ello.

5-Colaboración público-privada como estímulo para poder poner en marcha iniciativas que fomenten el emprendimiento. Es imprescindible poder encontrar modelos que permitan a actores privados hacer extensibles medidas que allanen el camino a posibles emprendedores. Para ello es necesaria la colaboración del sector público a través de inversiones y subvenciones localizadas. En Suecia, por ejemplo, los trabajadores que cumplan con ciertas condiciones pueden optar a bajas laborales de hasta 6 meses para embarcarse en nuevos proyectos, asegurando su retorno al puesto original en el caso de que no prosperen.

La pandemia trastorna las «reglas de juego» del ecosistema emprendedor

De manera generalizada, muchos sectores e industrias se han visto afectados por los efectos de la pandemia. Los modelos de negocio se reinventan mientras miles de empresas luchan por su supervivencia. Millones de trabajadores se preguntan cuál será la situación en unos meses, mientras trabajan desde sus casas, convertidas en oficinas.

La nueva realidad ofrece oportunidades a las ciudades y empresas para adaptarse y luchar de manera competitiva por el mejor talento. El WFH (“Work From Home”) permite contratar a trabajadores ubicados en distintas ciudades, comunidades y hasta países. En este contexto, el empleado preparado y con motivación tiene más oportunidades que nunca.

Este nuevo panorama viene de la mano de un deseo por parte de los empleados de trabajar para empresas con un propósito social claro y de impacto: las empresas, además de ser rentables, han de tener una visión honesta sobre los problemas sociales cómo el cambio climático, la sostenibilidad, la diversidad o la desigualdad. Estos temas ya no están únicamente reservados a la filantropía o a los estados, sino que se observan en los movimientos de capitales e inversión privados. Si alguien aún duda, que revise la estrategia de inversión de Blackrock, la mayor gestora de activos del mundo.

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